miércoles, junio 30

Suciedad III

Se abre la canilla y ves como cada gota se acumula, una encima de la otra. Una a una se van rozando, se van tocando, para convertirse en un charco, en lo que en pocos minutos será tu baño más voraz. Te metés debajo de la lluvia, para sentir como corre la suciedad por tu cuerpo.
La bañera esta llena y cerrás el grifo. Te sumergís en ese agua que te abraza. Salís a la superficie nuevamente. Te refregás las impurezas queriendolas sacar de vos. Tu cabeza estalla, te sumergís de nuevo. Abris los ojos debajo del agua y ves empañado todo el mundo a tu alrededor. Sentis como si después de embeberte en todo ese agua que corre, tu cuerpo fuera un poco más puro que antes de sumergirte.
Pero en el momento en que comenzás a jugar con el agua, te das cuenta que seguis tan impuro como los minutos anteriores a que el agua te acariciara. Tomás el jabón y con más fuerza comenzás a frotarlo sobre tu piel, queriéndo alejar la noche anterior de tus extrañas.

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