«Cuando uno se acuerda del pasado como imágenes que irrumpen en el ejercicio natural de la memoria (tuve que resignar parte de mis dudas - "¿qué es lo natural y qué no?" - por profesionales cuestiones de salud mental) ocurre algo interesante: el pasado, es cierto, se hace estático, se vuelve una imagen fotográfica con dinamismo nulo. Pero es necesaria una aclaración: el dinamismo está y estará de otra manera por más que no se modifique aquella imagen en la mente, pues a raíz del recuerdo de aquel primer beso mi presente cambia con una sonrisa, y mi sorpresa es cada vez mayor: en esa fotografía está el comienzo, estático e infinito a la vez, y en las fotos de hoy, que son igual de hermosas, vive la magia de lo innumerable, ya que hoy por hoy recuerdo el primero, pero no veo un "último".
Te amo».