martes, junio 22

Que la rugosidad de tus manos se desate y se pierda entre las cremas con vitaminas del botiquin del baño. Que encuentres allí más que cosméticos baratos para alimentar tu ego. Que halles esencias de limón que te alimenten el alma, o quizás perfumes que te traigan recuerdos amenos de cosas pasadas. ¿Y por qué no, también imagines días venideros con aromas de eucaliptos?

Escurrite entre la lluvia de la ducha que te lava de impurezas, para luego poder crucificarte de nuevo frente al espejo y verte como realmente sos. Sonreís de repente, porque no hay crucifixion alguna sino la de aquellas imperfecciones por mejorar de tu pelo, con rulos y enredado.

Secarte los brazos te parece narcicista, más cuando los miras detalladamente mientras lo haces. Y recuerdas la vez anterior y sabés como será la próxima, cuando retrocedas sólo unas horas y acompañes a tu mente en recorrer antepasados pensamientos de su centro.

Las sábanas te tocan ahora, y te envenenan con erotismo puro tomado de la mano de tu imaginación perversa y los labios de ella. Que cuando muerda tus pezones fríos y los provoque con su lengua, hará que lo más íntimo de tus entrañas se retuerza de placer, y eleve un gemido al aire.

Y ya no estás sola en tu tibia habitación, hay dos cuerpos entrelazándose y acelerando la respiración. Hay caricias en la piel, y hay gritos en el ambiente. Hay provocación y recelo, hay ternura y desenfreno. Hay dos almas que se quieren conocer, hay dos seres disfrutándose.

No hay comentarios: