miércoles, noviembre 24

No se detengan en nosotros, solo somos dos caras, ni siquiera bonitas. No tenemos talento, ideas ni estilo. No tenemos la llave que nos abra el destino. No se detengan en nosotros, no valemos la pena de echarnos la mirada. Somos dos pajarracos insulsos y escondidos, somos dos hojas flojas, dos angeles caídos. Pero no nos importa si el viento no nos sopla, nosotros nos amamos como se aman las sombras: inmóviles sin rostro sin sentido aparente. Nos iremos gozando y que importa la gente. No se detengan en nosotros, y si acaso la vida nos tiene preparada alguna inteligencia algún pase de magia, ya lo habremos perdido por alguna atontada. No se detengan en nosotros, somos lo que se dice dos luces apagadas. El mar no nos recuerda, nuestros padres tampoco. Pero tanto te amo, que Dios se vuelve loco. Pero no nos importa si el viento no nos sopla, nosotros nos amamos como se aman las sombras: inmóviles sin rostro sin sentido aparente. Nos iremos gozando y que importa la gente. No se detengan en nosotros, salimos en los diarios por vanas vanidades, nos tienen en recortes, nos calcan a su antojo. Nos han alimentado con nuestros propios ojos. No se detengan en nosotros, hicimos solamente una lista de canciones. Estamos indefensos, te aprieto suavecito, yo te quiero y me quieres, y eso no lo hace un disco.

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